21 diciembre 2006

Serie Naranja


15 diciembre 2006

PANORAMIO

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En esta web podéis colgar las fotos de vuestros viajes, vuestra ciudad, etc., éstas se verán en Google Earth.

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Aljibe


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07 diciembre 2006

Torito

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04 diciembre 2006

Recordando viejas anécdotas

BONITO PASEO EN BICI UNA TARDE CUALQUIERA DE MAYO:
Vas con tu bicicleta por la calle una bonita tarde de mayo y te llaman por teléfono ¿qué hacer? ¿está prohibido hablar y conducir bicicletas? ¿Qué pasa si te ve la policía?...Como no tienes ni idea, decides coger el teléfono y aminorar la velocidad de tu rauda bicicleta.
Te acercas a una zona concurrida, en la que dejan poco espacio entre los veladores y los rectángulos donde se plantan árboles...Tú lo ves, pero como estás muy segura de ti misma y controlas la bici que te cagas y, además, eres capaz de mantener una conversación más o menos coherente por móvil, decides atravesar la zona "con dos huevos".
En ese momento, te das cuenta de q te acercas más de lo que te gustaría a la zona cuadrada donde se planta el árbol. Como vas sobrada ( '¯\_/¯' ), consigues esquivarla con tu rueda delantera (que es la que controlas más) y pasado este trance te relajas por décimas de segundo, en las cuales, y por cosas de la inercia, tu rueda trasera decide que es mejor hacer montañismo en la ciudad y se mete en el cuadrado.
¡HORROR!!! te das cuenta de que no controlas tanto y tienes que gritarlo a los cuatro vientos, pero ¿a quién se lo dices???? pues a tu interlocutor. Tú le informas, ¡a que me caigo, a que me caigo!!!!
Mientras que dices esta frase, tu instinto de supervivencia te ha hecho quitar los pies de los pedales y apoyarlos mínimamente en el suelo (de puntillas) dando pequeños pasos que no consiguen frenar tu bonita bicicleta recién estrenada. No contenta con esto, tus delicados pies tropiezan, pero ¿a quién se lo dices? ¿a tu interlocutor? NO, ya no te da tiempo a decírselo, tu cabeza solo piensa en como hacer para no caerte. Eso solo lo piensa tu cabeza, porque tu brazo derecho sigue sujetando tu valioso móvil pegado a la oreja.
Dicho tropezón, trae consigo una reacción en cadena: la rueda delantera se gira inexplicablemente hacia la izquierda, mientras tu cuerpo cae (inexplicablemente tb) hacia la derecha. En el transcurso de la caída, comprendes la finalidad de esa barra cromada tan bonita y decorativa que une el manillar con el sillín: es un ¡DESTROZA POTORROS!!! Y ¿cómo lo sabes?, porque te acabas de dejar el tuyo ahí, en esa cromada, bonita y decorativa barra.
Pero aún no has llegado al suelo. Mientras caes, piensas q tu interlocutor debe saber que estás cayendo y sigues con tu mano derecha cogiendo el móvil, que, por supuesto, sigue pegado a tu oreja. Y es que ¿cómo vas a dejar de hablar aunque te estés cayendo???? pues nada, decides que si de pequeña amortiguabas tus caídas apoyando las manos, ahora que eres mayor, debes evolucionar...decides apoyar el codo derecho (porque, inexplicablemente también, tu mano izquierda sigue sujetando el manillar todavía) y así, aún tirada en el suelo, puedes seguir hablando por móvil.
Una vez espatarrada en el suelo, con una bicicleta entre las piernas, muerta de la vergüenza, sin potorro, sin codo derecho (eso sí, el móvil no se ha despegado de la oreja en ningún momento), algún que otro rasguño en las rodillas, masticando la silla de mimbre que te has tragado y viendo que nadie de los que están en los veladores se levanta a ayudarte, intentas hacerlo tú sola.
Pero hay un problema: ¡tienes que quitar el móvil de la oreja!!! Cómo no te queda más remedio lo haces y a duras penas te levantas. En esto que escuchas la vocecita del camarero que, con las bandejas en la mano, te dice: ¿te ayudo??? No, no, (¡ayyyyy q dolor!) gracias...dices con dos lágrimas como puños en los ojos.
Recuperas la verticalidad, la de tu cuerpo y la de la bici, te montas en ella como puedes y te alejas de allí lo más rápido que te dejan tus doloridas piernas, tu dolorido potorro y tu dolorido codo derecho, pero nunca, nunca, jamás, ¡DEJAS DE HABLAR POR EL MÓVIL!!!!
Cuando llegas a casa, escupes el último trozo de mimbre que hay en tu boca, tiras enfadada la bicicleta con las pocas fuerzas que te quedan y dices aquello de: !a tomar por culo bicicleta!!! (cuando la culpa de todo la tiene el móvil) y decides que pondrás a punto tu cuerpo con algún otro deporte menos arriesgado...